Mejor Es Dar Que Recibir

principio dar y recibir

MEJOR ES DAR QUE RECIBIR

“Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”». (Hechos 20:35)

PRINCIPIO NÚMERO UNO:

EL DAR
Nadie puede dar sino tiene el deseo de dar, pues aún la falta de recursos es suplida sobrenaturalmente por Dios cuando nos proponemos el dar. 

Las personas dicen: “no tengo, no tenemos para dar” no tienen porque no quieren dar. Piensan que recibir es mejor que el dar, y ello obstaculiza el que reciban para dar. 

EL RECIBIR
Quien recibe esta en una situación de peligro y este es el que se acostumbre y nunca busque ser independiente. Debe recibir con humildad y apartar para dar, así poco a poco irá aprendiendo a que dando es como se recibe. Y Dios ama al dador que da con alegria. 

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7) 

PRINCIPIO NÚMERO DOS

AYUDAR AL PRÓJIMO
Quien es el “prójimo” es nuestro próximo. Es el semejante, cercano o vecino. Muchas veces queremos ir ayudar a la India cuando tenemos cerca a personas que necesitan de nosotros. 

No debemos negarnos en ayudar a los cercanos. 

“Y si el hermano ó la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?” (Santiago 2:15,16)

PRINCIPIO NÚMERO TRES

LA OFRENDA
La ofrenda se ha tomado como algo que no debe ser “muy costoso, muy sacrificial” y es todo lo contrario. 

“También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda.” (Génesis 4:4)

La ofrenda es algo muy valioso, es lo mejor, debemos dar lo mejor al Señor. No hay límites y no se compara con el diezmo que el el 10%

LIMOSNAS
Esta palabra proviene hebreo TSEDEKA que significa «justicia», y del griego «eleemosyne», que quiere decir compasión y misericordia. Así que hablamos de todas las obras de caridad hacia los necesitados para que haya mayor igualdad entre todos.

Es parte de las tres poderosas herramientas para una vida piadosa. 1. Tshuva = arrepentimiento. 2. Tfilah = oración. 3. Tsedeka = limosna/ofrenda

PRINCIPIO NÚMERO CUATRO

LA LEY DEL DIEZMO
¿Es ley el diezmo? El diezmo es mandatorio, no debemos tomarlo como “parte de la ley” es un principio de honrar al dueño de todo y debemos verlo con aprecio y podemos decir con gratitud a Dios que nos da el 90% para nuestro beneficio. 

“Traed todos los diezmos al alfolí(A) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquias 3:10)

Es una ley de amor, damos por amor y gratitud. Lo damos a hombres o instituciones cristianas de donde recibimos el alimento y cuidado espiritual. Ellos han sido puestos para hacer la obra del Señor sobre la tierra. 

“Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive.” (Hebreos 7:8)

PRINCIPIO NÚMERO CINCO

BENDICIONES EN DAR A OTROS Y LA GENEROSIDAD ES RECOMPENSADA

No podemos imaginar todo lo que Dios nos da por dar a otros y ser generosos. Vienen recompensas en distintos envoltorios como regalos al de corazón bueno. 

No esperes recibir de aquel a quien ayudas, aunque muchas veces sucede, levantas a alguien y luego este de “paga el favor” 

Pero Dios obra por caminos mucho más amplios y te da mucho más de lo que piensas. 

“Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.” (Marcos 9:41)

“El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.” (Proverbios 11:25)

CONCLUSIÓN 

DAD Y SE OS DARA

“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” (Lucas 6:38)

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